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Diego López Barreiro, graduado en Ingeniería Química en la USC, investiga sobre biomasa en uno de los centros de investigación más prestigiosos del mundo, el MIT

“Creo que nunca conocí a ningún niño que diga que de mayor quiere ser Ingeniero Químico”, dice Diego López Barreiro (Santiago de Compostela, 1987). Tampoco era su caso. La decisión la tomó “despacio, durante los años de Bachillerato”. Pero con todo, acabó siendo eso que ningún niño tiene exactamente en la cabeza. “Me gustaba la ciencia básica, pero también la aplicación práctica. Ingeniería Química me parecía (y me sigue pareciendo) una de las carreras que mejor combina los aspectos fundamentales de la ciencia con el enfoque industrial y aplicado típico de las ingenierías.” Y también influyó el hecho de que la carrera se pudiese estudiar en Santiago, “una ciudad hermosa para se estudiante”. Un camino que le acabó llevando donde está hoy, en el Massachussets Institute of Technology (MIT), una institución puntera en la ciencia mundial, de donde salieron decenas de premios Nobel. La de Diego es una historia de esfuerzo y constancia, pero también con una porción de casualidad.

Desde el Bachillerato, Diego ya tenía otra idea clara: “Quería vivir unos años fuera de Galicia”, recuerda. Desde que tuvo la oportunidad hizo intercambios, prácticas y cursos en el extranjero, y cursó un Erasmus en Berlín. “Allí entre en contacto con la investigación en biomasa; me interesó mucho el tema y decidí prorrogar la estancia fuera de Galicia unos años más para hacer la tesis”. Gracias a una bolsa de postgrado de la Fundación Barrié consiguió tener libertad para elegir la temática de las tesis. Contactó entonces con profesores centrados en el estudio de la biomasa. “Acabé haciendo una tesis doctoral entre la universidad de Gante (Bélgica) y el Karlsruhe Institute of Technology (Alemania). Salir al extranjero me permitió entrar en contacto con gente de muchos sitios diferentes y conocer nuevas técnicas y nuevas formas de trabajar, y es algo que desde luego le recomiendo a todo aquel que pueda hacerlo”.

Y fue aquí cuando el camino de Diego se juntó con el de su actual grupo en el MIT. Allí estaban iniciando “una línea de investigación en una técnica para producir materiales derivados de la biomasa (proceso hidrotérmico) que yo estaba usando en mi tesis para producir biocombustible a partir de microalgas”, cuenta el científico gallego. Y entonces, “uno de mis jefes actuales aquí, en el MIT, sabía de mis trabajos en esa técnica y me contactó cuando estaba acabando la tesis. Así fue como inicié un postdoctorado en el MIT”.

En sus tesis, Diego López Barreiro estudió “la conversión hidrotérmica de microalgas para producir biocombustible, y como tratar las aguas residuales del proceso, que son una gran fuente de nutrientes y de compuestos orgánicos”. Actualmente sigue empleando el proceso hidrotérmico de biomasa, “pero para obtener materiales, no biocombustibles”.

La biomasa es una materia prima con muchos usos potenciales. “No dejan de maravillarme todas las cosas que somos capaces de derivar de la biomasa. Producimos electrodos para baterías, membranas para filtración de agua, sensores de humedad, aditivos para mejorar la durabilidad y la sostenibilidad del asfalto, o materiales para uso biomédico, combinando materiales derivados de la biomasa con polímeros derivados de proteínas… Venir al MIT me permitió expandir mis perspectivas sobre el uso de biomasa para la producción de materiales sostenibles. En un futuro, espero que podamos sacar nuestras investigaciones del laboratorio y desarrollar materiales que tengan un uso en la vida real“.

¿Y qué supone vivir y trabajar día a día en el MIT? “Estar aquí, o en cualquier otro centro de renombre, teniendo acceso a investigadores de alto nivel y a mayores recursos económicos, es un medio para hacer la mejor ciencia que puedas. Si te gusta a investigación científica, el MIT es un sitio apasionante, por todas las cosas que están sucediendo a tu alrededor”.

Pero hay, como en todo, una cara algo menos amable. “En mi opinión, en los EUA, y en especial en sitios como el MIT o Harvard, hay una forma de trabajar demasiado individualista, que se centra mucho en la carrera profesional y con una competencia desmedida”. Además, señala Diego, “En el ámbito personal, pasar de investigar biocombustibles a trabajar en ciencia de los materiales fue complejo y supuso el aprendizaje de muchos conceptos nuevos. Poco a poco me voy sintiendo cómodo, pero es una experiencia intensa, desde luego”.

El prestigio de la ETSE de la USC
Hace unos meses, en la clasificación QS, que analiza las puntuaciones de las mejores universidades del mundo, la USC aparecía entre las 250 mejores en el campo de la Ingeniería Química. Una posición que constató Diego durante su carrera. “En los países en los que trabajé hasta ahora (Alemania, Bélgica, Holanda y Estados Unidos), las investigaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE) de la USC son conocidas; y en el campo medioambiental y de los bioprocesos, la ETSE es una referencia. Para mí es un orgullo ver todas las herramientas que me subministró una universidad pública como la USC. No puedo hacer otra cosa que recomendar la ETSE a cualquier persona que esté pensando estudiar Ingeniería Química”, reconoce el investigador del MIT.

¿Y cómo se investiga en el MIT y en los Estados Unidos? “Observo una mayor tendencia a salir de tu campo habitual de investigación para explorar nuevas líneas. Creo que es más fácil empezar nuevas líneas de investigación aquí, y también me parece que son más rápidos a la hora de trasladar las últimas innovaciones científicas a los programas docentes”, apunta Diego, que añade: “Todo esto también viene facilitado por la gran disponibilidad de recursos económicos, claro. Pero pienso que cualquier sitio del mundo es bueno para hacer ciencia de la más alta calidad, si se apuesta por un sistema de atracción de talento que dea liberdade aos investigadores. Non fai falta estar no MIT para facer investigación de alto impacto, e temos varios exemplos en Galicia, como la propia ETSE que citaba antes o el CIQUS“.

 

Fuente y foto de la noticia: GCIENCIA. O PORTAL DA CIENCIA GALEGA.